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Esta es la influencia de John Lydon y el punk en el mundo de la moda

Lydon, el genio punk detrás de Sex Pistols y Public Image Ltd., cumple 61 años y llegó para ser inmortal
mar 31 enero 2017 05:29 PM
John Lydon
John Lydon El icono del punk fue parte fundamental en la historia de la moda

Era 1977, sí, hace precisamente 40 años, una generación de irreverentes, incomprendidos y desahuciados llegaron para gritarle al mundo: “Anarquía”. El sueño de amor y paz de los años 60 había terminado, y el punk fue todo un moviendo cultural que reflejó a una sociedad sumida en la depresión económica en el Reino Unido.

Como en toda revolución, se necesita un ídolo para ponerle nichos y veladoras. Malcolm McLaren sería el genio detrás de los Sex Pistols, el hombre que había imaginado a unos tipos vestidos bajo la estética rebelde con la emblemática chaqueta de cuero que se convirtió en el uniforme de la rebeldía que inmortalizó a los Pistols, The Clash, incluso a George Michael y Bruce Springsteen.

Pero para Malcolm McLaren y la aficionada a la moda Vivienne Westwood, autores intelectuales y materiales establecieron los pilares de la estética punk, un vestido o un traje no tendrían sentido si no estuvieran acompañados de un discurso que explique su significado. Entonces, la moda aparece como un mecanismo cultural en el que se encuentran implicados factores psicológicos y sociales, estéticos y simbólicos, económicos y tecnológicos.

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Sex Pistols
John Lydon y el punk cambiaron el mundo de la moda.

La estética punk fue una patente que redefinió la moda desde los años 70, cuando McLaren y Westwood abrieron su laboratorio cultural en el 430 de Kings Road de Londres, primero una boutique que se llamó Let It Rock en 1971, aunque luego su nombre cambió Too Fast to Live, Too Young To Die. Más tarde se llamó Sex, en 1976 el nombre varió a Seditionaries hasta que el título definitivo fue World´s End.

Los accesorios, con cierres, cadenas, cuero y playeras con consignas anarquistas, fueron esenciales en la construcción del estilo punk, un movimiento que se mofa de la rigidez de lo convencional como manifiesto social y cultural. La tienda de Malcolm McLaren –donde la ropa reciclada es la opción– se vuelve la cuna de un moviendo entrañable que tiene vigencia hasta nuestros días.

Una tarde de 1975, un adolescente Johnny Rotten, se apareció con una camiseta con el logotipo de Pink Floyd sobre el que garabateó la frase: Odio. Fue la insgnia perfecta para lo contacultrural, lo transgressor y revolucionario. El punk tenía un mesías llamado Johnny Rotten. Sex Pistols se convirtió en el icono estético-musical por excelencia. McLaren y Westwood sabían que, desde ese momento, la indumentaria que decoró a los intergrantes de la banda punk serían la línea se guir para las revistas de moda y el futuro de las pasarelas de moda de París y Nueva York.

El punk como una expresión nihilista, culto al yo, la necesidad de ser diferente son las señales que nos aparecen en el carretera en la que la moda y el rock desconocen los límites de velocidad, incluso, saben que las vueltas en “U” son necesarias e intrínsecas porque es una forma de seguir en este mundo.

En conclusión, Rotten junto a Malcolm McLaren, crearon una patente aún vigente en las pasarelas de moda.

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