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El capitán que plantó cara a los piratas somalíes

Platicamos con Richard Phillips, cuyo barco estuvo secuestrado casi 5 días en aguas de Somalia
jue 26 marzo 2015 09:24 AM
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Capitán Phillips (Getty Images) - (Foto: Capitán Phillips (Getty Images))

No mucha gente ha vivido situaciones tan extremas como la que ocurrió a bordo del carguero americano Maersk Alabama en abril de 2009. Fueron cuatro días de terror cuando su tripulación de 20 hombres estuvo secuestrada por piratas somalíes. El capitán Richard Phillips fue el hombre que se mantuvo sereno, al mando de una nave que parecía perdida. Del 8 al 12 de abril, sus esfuerzos y los de sus camaradas lograron solventar la crisis con la participación final del ejército estadounidense.

Tal vez conozcan la historia del Capitán Phillips por la película homónima en la que es interpretado por Tom Hanks, pero escuchar el relato de su propia boca es algo estremecedor que obliga a uno a pensar en como la mente humana puede mantenerse calmada en los peores momentos. Aprovechando que se encontrará en México DF las charlas WOBI acerca del Liderazgo hoy y mañana, platicamos con él acerca de su experiencia:

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¿Debería llamarle Richard o Capitán? 

(Ríe) Con Richard está bien.

El incidente ocurrido en el Maersk Alabama fue el primer ataque de la piratería a un buque americano desde el 1800. ¿Cómo afectó eso a la seguridad naval?

Creo que realmente mostró la piratería como un problema no solo de la marina mercante sino como algo todavía más global. La gente se dio cuenta a través de los medios y se tomaron muchas medidas al respecto. Múltiples procedimientos para acabar con dicho problema se pusieron en marcha y es algo que ahora se toma muy seriamente.

Aún así, recibiste entrenamiento antes del incidente. ¿Te ayudó en algo? 

En la Academia Marítima de Massachusetts recibimos algo de entrenamiento, obviamente después del 11 de septiembre. Pero era muy poco concreto y poco útil debido a los cambios acelerados que estaban sucediendo en la cuestión de la piratería en África.

 

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¿En que punto te diste cuenta de que realmente estabas en peligro?

Mi estómago giró cuando la pequeña embarcación de los piratas estaba a dos millas náuticas del Maersk Alabama. Solo entonces supe lo que iba a suceder...

Una vez los piratas se encontraban en el Maersk, ¿cómo operaba tu cerebro para mantener la calma cuando estabas al límite?

Bueno, puede que aparentara estar calmado pero no lo estaba en absoluto (ríe). Simplemente creo que mi cerebro se puso en una especie de modo de solución de problemas. Sabía que si dejaba que emociones como los nervios o el miedo tomaran posesión de mi, buscaría mi propia salvación y no la de mi tripulación.

Obviamente, las 13 horas que estuvimos con los piratas en el barco estábamos todos muy estresados, yo el que más. Pero mi trabajo como capitán era salvarlos a ellos y al barco, así que hice movimientos para hablar con los secuestradores o para comunicarme con el mundo exterior. Debía solucionar el problema y ese era conseguir sacar a los piratas de la embarcación y lo hice lo mejor que pude.

Pero en materia de problemas, este era bastante grande...

Sí, pero al fin y al cabo era un problema. Y, grandes o pequeños, estos siempre tienen solución. Manteniendo tus emociones controladas, pensando positivamente y jamás rindiéndote o cediendo ante la presión, las cosas se resuelven. En este caso, traté de estar informado de lo que sucedía y no dejé nunca que los secuestradores me vieran como un simple rehén del que sacarían dinero, me mostré ante ellos como un humano. 

Una vez el intercambio salió mal tras 13 horas, los piratas te mantuvieron 4 días en un bote salvavidas... ¿Empatizaste de alguna manera con ellos?

Creo que jamás pude empatizar con ellos, los entendía. Entendía que Somalia era un país pobre pero también sabía que ellos habían hecho una decisión consciente de ser criminales y asesinos. Obviamente, en un espacio tan pequeño no relacionarse es imposible. Hablaba con su líder y con el pirata de mirada loca que lo acompañaba. Algunas veces discutíamos, nos enfadábamos y otras veces reíamos...

¿Reían? ¿De qué?

En el bote, cuando trataron de encender sus cigarrillos con una linterna de emergencia. Obviamente, a mi me provocó mucha risa porque les decía que no lo lograrían jamás. Consecuentemente rieron todos ante la absurdidad de la idea, aunque al líder no le hizo ninguna gracia.

¿El mar ha vuelto a ser el mismo para ti tras el secuestro?

Tardé 14 meses en reincorporarme como capitán a la marina. Pero tenía ganas de hacerlo, es el mundo que conozco desde hace 35 años. Me encantó volver a mi barco con la gente que conocía. Me gusta ser capitán, es duro a veces, pero me gusta.

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