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Rusia 2018
Rusia 2018 (Foto: Life and Style)
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Antonio Rosique nos habla sobre los nuevos hooligans en el Mundial

Lo llaman terrorismo deportivo, pero, para ellos, todo se resume a un estilo de vida. Nacieron en el Reino Unido, pero hoy no hay rincón del mundo del futbol que no sufra con sus arrebatos
mié 13 junio 2018 10:20 AM
Hooligans Rusia 2018
Hooligans Rusia 2018 Los hooligans rusos están organizados, atacan sobrios y tienen físicos trabajados.

''No se puede fabricar una droga así. Si pudiera embotellarla y guardarla, ya lo habría hecho. Es el mejor estimulante del mundo”, confiesa Jason Marriner, quien, en su tiempo, fue uno de los líderes de los ‘Chelsea Headhunters’, uno de los grupos de hooligans más temibles de Inglaterra.

“Es mitad terror, mitad éxtasis. Es la adrenalina recorriendo tu cuerpo como si fuera una corriente eléctrica”, recuerda Trevor Tanner, ex-miembro de la ‘Yid Army’, seguidores del Tottenham . “En los años 80, esto era mejor que el sexo . Entre una rubia y la violencia en el futbol, elegías la violencia, sin duda alguna”, cuenta Simon X, miembro de la ‘Suicide Squad’ del Burnley FC. Es la violencia como adicción. Es el ser humano en una de sus peores versiones. “Terrorismo deportivo”, le llaman en Inglaterra. Y como ellos, fueron decenas de bandas de “ultras” las que estremecieron al futbol británico entre los años 60 y 80: los Bushwackers, del Millwall FC; la Inter City Firm, del West Ham United ; la Service Crew del Leeds United, The Red Army , del Manchester United; “The Urchins”, del Liverpool FC, etcétera.

“¿Es algo más que una droga? Claro que lo es. Es un estilo de vida, una moda, una cultura”, dice el actor británico Danny Dyer , quien protagonizó The Football Factory (RU, 2004), una película de culto que retrata la violencia en el futbol inglés y que originó una serie documental titulada The Real Football Factories (2006, Netflix), misma de la que se desprenden los testimonios anteriores que dejan en claro, como punto de partida, el origen de un fenómeno que hoy levanta miedos en Rusia. Y sólo desde aquí, podemos entender al hooligan ruso.

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Hooligans Zenit San Petesburgo
El "terrorismo del futbol" nació en Inglaterra, pero se ha esparcido por todas partes del mundo.

LA NUEVA ESPECIE HOOLIGAN

Los chicos ahora hacen abdominales. En el gimnasio de Rostov, ciudad sede mundialista para el Mundial Rusia 2018, la voz del entrenador resuena y ellos la siguen. Anhelan ganarse un lugar en la ‘Central Company’, la banda de hooligans que se identifica con el Rostov FC . Pronto, esos “novatos” tendrán su examen, y los que se desempeñen mejor, se ganarán el tatuaje que les identificará como miembros.

La 'Central Company' es sólo una de las decenas de grupos violentos que han surgido en torno al futbol ruso en las últimas dos décadas: los “Gladiadores”, del Spartak de Moscú; los “Carniceros”, de Orel; el “Music Hall”, del Zenit de San Petesburgo; los “Corceles valientes”, del CSKA Moscú, etcétera. Estas bandas han escalado el hooliganismo a un nivel alarmante. Son “ultras” de “alto rendimiento”.

“Algunos coleccionan timbres postales, o estampas. A otros le gusta el senderismo, o los automóviles, nosotros peleamos en las calles, en los parques. No veo nada de malo en ello. Nadie esta aquí a la fuerza. Pienso que esto es mejor que tomar alcohol, fumar o consumir drogas”, explica Denis Nikitin, peleador semi profesional de artes marciales mixtas e hincha violento, en el notable documental Russian Hooligans: Sport Terrorism (2017), producido por la BBC. “Hubo una época en que, cuando se hablaba del hombre ruso, se hacia mención del vodka, las guitarras y las botas peludas, eso se acabó. Queremos que digan que los hombres rusos somos peleadores, guerreros, como los osos rusos”, declara Denis.

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El “hooliganismo” es un virus muy viejo que ha infectado el futbol desde sus orígenes. Hay registros de violencia alrededor del juego desde hace siete siglos. En 1314, el rey Eduardo II de Inglaterra prohibió el futbol en Londres. Aquella versión primitiva del juego se disputaba en las calles e involucraba a multitudes que pateaban, lanzaban o acarreaban una pelota, hecha con la vejiga de un cerdo, hasta el barrio o la villa vecina. No había reglas. Era un juego caótico que generaba disturbios y lesiones; perturbaba la paz en las calles y afectaba el comercio. Una vez que el futbol se reglamentó en 1863, el “hooliganismo” encontró también la manera de seguir infectando este deporte.

Inglaterra ha estado siempre a la vanguardia del futbol . Los ingleses fueron los primeros en reglamentar el juego, exportarlo, profesionalizarlo, comercializarlo, televisarlo, y también en “hooliganizarlo”. Cada grupo violento que azotó los estadios en los años 70 y 80, alimentó también un fenómeno internacional que se conoció en Europa como la English Disease (la enfermedad inglesa), y que fastidió la reputación británica.

Hooligans Mundial Rusia 2018
Los hooligans representan una amenaza para el bien del espectáculo futbolístico.

Los fanáticos ingleses se convirtieron en sinónimo de desorden, violencia y abuso. A donde viajaban dejaban su rastro de caos. El peor de todos: la tragedia de Heysel , con un saldo de 39 muertos durante la final de la Copa de Europa de 1985, entre la Juventus de Turín y el Liverpool FC . Aquella catástrofe provocó que los clubes ingleses fueran expulsados de las competencias internacionales durante cinco años y que Margaret Thatcher, Primera Ministra británica, formara un “gabinete de guerra” para atacar el problema.La creación de una legislación específica para el futbol ( The Football Act 1991 ), castigos severos, cancelación de pasaportes, desaparición de tribunas de a pie, incremento en los precios de los boletos, etc., redujeron sensiblemente la violencia. Sin embargo, el mal brotó con fuerza en otros lugares del mundo.

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