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Dustin Hoffman: el actor con aspecto de limpiador de ventanas

El actor rompió esquemas porque con su talento, y pese a su apariencia de tipo común, logró el estatus de estrella de cine.
mar 08 agosto 2017 11:26 AM
Duntin Hoffman
Duntin Hoffman Dustin Hoffman protagonizó junto a Anne Bancroft 'El Graduado' (Foto: Cortesía)

En la década de los 60 el cine era dominado, mucho más que ahora, por actores apuestos. Artistas como Richard Burton, Burt Lancaster, Clint Eastwood, Paul Newman, Steve McQueen y Sean Connery materializaban el arquetipo masculino del séptimo arte en aquella época, pero bastó que Dustin Hoffman consiguiera el protagónico de El Graduado (1967) —filme que se tornaría en un clásico— para demostrar que la audiencia estaba más que dispuesta a aceptar a un buen actor con apariencia de hombre común.

Fue justamente ese look de Hoffman, quien hoy cumple 80 años, el que lo ayudó a quedarse con el papel del joven Ben Braddock, quien es seducido por la famosa Mrs. Robinson, encarnada por Anne Bancroft. De hecho, muchos años después dijo que quedarse con este protagónico fue un “extraño accidente” que de repente lo convirtió en estrella de cine.

Cuando Dustin se presentó para la audición de esta película, el director de casting pensó que en vez de un actor era el limpiador de las ventanas y cuando le dio indicaciones de que limpiara los cristales, éste lo hizo porque pensó que era parte del personaje.

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Famosas escena de El Graduado
Esta película convirtió a Hoffman en una estrella de cine de la noche a la mañana

En otro screen test —ya con el director Mike Nichols presente— Hoffman pensaba que no era el indicado para el papel y estaba completamente incómodo. Quería que todo aquello se acabara porque, según sus palabras, él y su coprotagonista Katharine Ross estaban “violentamente nerviosos”. Nichols se le acercó para decirle que se veía demasiado nervioso, pero el cineasta le dijo que se relajara, que no había audiencia, no estaban filmando la película, que sólo era un prueba. Durante la escena, Ross se molestó con Hoffman porque éste la pellizcó en repetidas ocasiones; él explicó que lo hizo por nervios.

Cuando terminaron ella comenzó a quejarse y él se fue pensando que había perdido el rol, ese mismo técnico que le había augurado que no se quedaría con el papel, le enmarcó algunas de esas monedas como regalo. El resto es historia: Hoffman consiguió una de las carreras más importantes en la historia del cine y ganó dos Oscares por sus papeles en Kramer vs. Kramer y Rain Man.

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