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¿Por qué la obsesiva relación de la música con la moda?

Cada prenda, sea cuero, traje clásico o mezclilla dicta el ritmo y cadencia de una sociedad que desea comunicarse.
vie 24 noviembre 2017 10:48 AM
David Bowie
David Bowie Revolucionó el mundo de la moda y el rock (Foto: Shutterstock)

En enero de 1972, David Bowie y su banda empezaron la gira de Ziggy Stardust, donde tocaban caprichosamente rolas del mítico álbum The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars y otras del Aladdin Sane. Bowie había creado Ziggy Stardust, un personaje que ruborizaba las mejillas de las peregrinas adolescentes, pero también revoloteaba la testosterona de los jóvenes infestados de espinillas.

La mayoría de los trajes más espectaculares de Ziggy –kimonos avant-garde y pantalones bombachos— fueron creados por Kansai Yamamoto, un diseñador de Tokio que no tenía ni idea de que sus creaciones se convertirían en íconos visuales imprescindibles en la historia del rock y la música pop. Sin duda, Ziggy Stardust ejemplifican uno de los casos de moda y rock más influyentes en la estética de siglo XX.

David Bowie
David fue una gran inspiración para Duncan a quien desde pequeño le fomentó su gusto por la literatura fantástica.
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“No sabía quién era David Bowie hasta que lo vi usando mi ropa en el escenario del Radio City Music Hall en Nueva York”, recuerda Kansai Yamamoto en el documental Bowie Is. El estilista de Yakamoto, Yasuko Hayashi, trabajaba para David Bowie y le dio algunos de sus diseños. “Cuando lo vi por televisión usando uno de mis trajes, me sorprendí, usaba ropa que yo había diseñado para mujeres”.

Bowie ha sido un artista que sabe provocar, transgresor, un agent provocateur por excelencia. La ropa estaba influida por el hikinuki, un método escenográfico para cambiarse la ropa más rápido en el kabuki, el teatro japonés tradicional. El público de Nueva York presenció las diversas transformaciones de los trajes durante el concierto. Bowie había marcado un antes y después, revolucionó la estética del rock y se convirtió en el primer supermodelo de la música.

Es importante entender que el rock surge de la necesidad de los jóvenes para diferenciarse de la realidad cultural que les propone la sociedad y la vestimenta es la forma en que se muestran al mundo, en armonía con sus ideales y modos de vivir.

El personaje de teenager lo debemos a Marlon Brando en El Salvaje (1954) y James Dean en Rebelde sin causa (1955), son los dos primeros teenagers que se visten de manera completamente distinta a como se visten los adultos. Eso preparó el advenimiento para que aparezca el rock & roll y tener un binomio con la moda.

Entonces, aquella estética rebelde con la emblemática chaqueta de cuero se convirtió en el uniforme de la rebeldía que, años más tarde, inmortalizó a Elvis Presley, Ramones, The Clash, incluso a George Michael o Bruce Springsteen.

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Sin embargo, la euforia de una moda en la cultura pop no empezó en los años 60 como podríamos suponer, sino en los 20. En los años en que la juventud bailaba al ritmo del Charleston, detona la primera liberación sexual en las universidad. Ahí están las flappers que bailaban el Charleston, mujeres glamorosas y sinónimo de la cultura estadounidense del jazz. Es el advenimiento de la primera conexión entre la música popular y la moda.

Un vestido o un traje no tendrían sentido si no estuvieran acompañados de un discurso que explique su significado. Entonces, la moda aparece como un mecanismo cultural en el que se encuentran implicados factores psicológicos y sociales, estéticos y simbólicos, económicos y tecnológicos.

En los años 60 ocurre el fenómeno de los mods vs. rockers. En ese momento, la moda y la música se vuelven símbolos de pertenencia política e identificación social. Películas como Quadrophenia de The Who y Absolute Beginners ejemplifican las dos posturas completamente distintas, no sólo políticas, sino estéticas.

La moda es una libertad individual es un código necesario para demostrar pertenencia y diferenciarse del resto, de ahí un Bowie o Madonna quienes han construido su disfraz en una bandera de pertenencia, en un clan dentro y fuera de la cultura pop. Pero, también, la ropa en el rockstar es una especie de vehículo de sublimación de las fantasías del rock & roll, el sueño y fantasía de parecerte a tu pop o rockstar de cabecera, pero mejor aún, de poseerlo.

Madonna
La reina del pop siempre será una mujer hermosa.

Es en la década de 2000, las alianzas y contratos millonarios entre firmas de prestigio y músicos dejan ver que la moda se alimenta de la estética rock para sus colecciones. Las academias de moda imparten cátedra basadas los caprichos esteticistas del punk, y en las pasarelas y las revistas de moda cada vez es más común vislumbrar un artilugio de The Clash y Sex Pistols, la iconografía de The Rolling Stones y Led Zeppelin, incluso emulan lo estilos de Madonna.

El diseñador John Varvados decidió inspirarse en la estética rock para consolidarse como nuevo ícono de la moda masculina. La banda Kiss protagonizó una campaña para lanzar una colección del diseñador. La banda neoyorkina se quitó los cueros y enormes plataformas para ataviarse con trajes, corbatas y relojes de cadena.

La alianza entre Varvatos y Kiss tuvo un momento culminante en enero de 2014 en la Semana de la Moda de Milán, Gene Simmons y sus compañía cerraron el desfile interpretando ahora a supermodelos. ¿Puede existir una conexión más clara entre la moda y la música si pensamos que la boutique de John Varvatos funciona en el 315 de Bowery Street, precisamente en la locación donde alguna vez existió el mítico club CBGB? Y es que CBGB, el club donde emergieron figuras como Ramones, Patti Smith, Blondie, entre muchos otros, permanece en la memoria no sólo colectiva, sino de los más reconocidos diseñadores de hoy en día.

CBGB
Patti Smith cerró sus puertas

Precisamente, la estética punk fue una patente que redefinió la moda desde los años 70, cuando Malcolm McLaren y Vivienne Westwood, autores intelectuales y materiales establecieron los pilares de este movimiento. En el 430 de Kings Road de Londres, se abrió una boutique que se llamó Let It Rock en 1971, aunque luego su nombre cambió Too Fast to Live, too Young To Die. Más tarde se llamó Sex, en 1976 el nombre varió a Seditionaries hasta que el título definitivo fue World's End.

A través de accesorios con cierres, cadenas, cuero y playeras con consignas anarquistas fueron esenciales en la construcción del estilo punk, un movimiento que se mofa de la rigidez de lo convencional como manifiesto social y cultural. La tienda de Malcon McLaren –donde la ropa reciclada es la opción– se vuelve la cuna de un moviendo entrañable que tiene vigencia hasta nuestros días.

MTV fue otro de los responsables de establecer a la moda como tendencia que, incluso, gestó el ardid de movimientos como el post punk y el New Wave, con bandas como Talking Heads, Duran Duran, Human League, Japan y hasta ejemplares más exóticos como A Flock of Seagulls, donde un traje colorido y corbata se sobreexponían con colores estridentes. Sin embargo, esta línea que dictó MTV durante los años 80 reventó cuando los excesos visuales –a niveles verdaderamente cursis y ridículos, abusados por el glam metal de bandas como Poison o Bon Jovi– fueron no sólo desechados, sino eliminados de la faz de la tierra por el grunge, donde Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden y Alice in Chains reinaron.

El hastío al glamour hizo que se pusieran camisas de franela a cuadros y mezclilla imponiendo una antimoda que prevalecería escasos años, hasta que el eterno retorno de la moda hizo que regresara el espíritu de los mods, con una emulación protagonizada por el brit pop, con bandas como Oasis y Blur, dejando claro que no hay nada nuevo bajo el sol, y que las modas son cíclicas y repetitivas.

Nihilismo, culto al yo, la necesidad de ser diferente son las señales que nos aparecen en el carretera en la que la moda y el rock desconocen los límites de velocidad, incluso, saben que las vueltas en “U” son necesarias e intrínsecas porque es una forma de seguir en este mundo.

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