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Neon Desert, el festival que convirtió el desierto en oasis musical

El festival fronterizo celebró su novena edición con un lineup diverso y contundente en el centro de El Paso.
lun 27 mayo 2019 12:42 PM
Neon Desert Music Festival
Neon Desert Music Festival

El andar es lento y dudoso. Uno pensaría que caminar por las calles de El Paso, Estados Unidos, sería más fácil o que su lejanía de las grandes ciudades sería inversamente proporcional al ajetreo que en ellas se vive. Sin embargo no es así, ¿la razón? La novena edición de Neon Desert Music Festival , uno de los festivales musicales más importantes de la frontera, está de vuelta a la mítica ciudad fronteriza.

Durante dos días, 25 y 26 de mayo, el inclemente sol desértico fue ignorado. Desde temprano –y bajo la consigna implícita de “menos piel expuesta y más música”–, más de 45 mil jóvenes de ambos lados del Río Bravo caminaron por las calles de El Paso en busca del mejor lugar para tomarse una selfie; para encontrar el espacio perfecto para ver a las más de 41 bandas y artistas que se dieron cita en los tres escenarios ubicados a unas cuadras del centro paseño.

Con una imponente vista a las montañas Franklin bajo el dorado atardecer de El Paso, Tyga pisó el escenario Franklin Mountains para subir la apuesta de las presentaciones previas en el escenario y con sus rimas duras, el público comenzó lo que sería el principio de la primera noche del Neon Desert Music Festival.

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Acto seguido, Steve Aoki subió la velocidad del beat y los presentes no evitaron moverse al ritmo de su mezclas las cuales incluyeron un homenaje al mariachi y a la música pop mexicana que le ganó más de un par de ovaciones. Para cerrar la noche, Miguel dejó salir el flow combinado con vocalizaciones de soul y R&B que fueron coreados por los asistentes.

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La segunda jornada en el escenario Franklin Mountains abrió con menos flow y más groove. La banda mexicana Midnight Generation, con su marcado estilo funk, abrió el escenario para después dar paso a Diamante Eléctrico, la banda de rock blues colombiana que con sus acentuados riffs y distorsiones de guitarra sorprendió a más de un asistente perdido en la multitud. finalmente llegó Deorro, la sensación mexicana de la música dance, para abrir el escenario a Wiz Khalifa, el rapero que con sus rimas contundentes en favor de la marihuana se ganó un lugar en la lista de los videos más vistos de YouTube y que sirvió como el espectáculo perfecto para el cierre del festival a cargo de Tchami.

Moverse entre escenarios era poco menos que una hazaña. Para cruzar los ríos de gente era necesaria más habilidad que fuerza para evitar un contratiempo. Esquivar la fila de los baños, dar un paso o dos a la derecha para que los paramédicos pasaran para auxiliar a una víctima de insolación. Uno pensaría que las calles de El Paso nunca lucen así, y quizá sea cierto.

Para los amantes de los ritmos latinos, así como del desvergonzado y crudo trap, el punto de reunión era el escenario Río Bravo donde miles siguieron las rimas del rapero canadiense Tory Lanez y Shoreline Mafia; por su parte, los más jóvenes recibieron una cátedra de reggaetón de la vieja escuela cortesía de Don Omar antes hacer vibrar el escenario con las mezclas y música electrónica de la canadiense Rezz.

El domingo, por su parte, la cantante de origen americano-colombiano Kali Uchis despejó toda duda sobre la calidad de sus interpretaciones y la habilidad pasos de baile, si es que acaso existían, en una breve pero sustanciosa presentación. Momentos después, Young Thug, el rapero ganador del Grammy, comenzó a tirar versos a los asistentes, quienes tras su actuación corrieron al escenario Franklin Mountains para repetir dosis de rimas a cargo de Wiz Khalifa, y regresar al Río Bravo para el cierre del festival a cargo del DJ francés Tchami, quien con su house futurista hizo vibrar de nueva cuenta a El Paso con sus beats.

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Jóvenes gritando por un lado, chicas luciendo gliter en el cuerpo. El centro de El Paso dejó de ser un lugar discreto para convertirse en el epicentro de la actividad de fin de semana. Los negocios aledaños cerraron pero a nadie importó. La vida, esos días, estuvo de fiesta, estaba junto a las chicas formadas para rellenar las botellas de agua y junto a los tipos altos y fornidos formados por una michelada.

No todos bailan al mismo ritmo ni cantan al mismo son. Para quienes el beat y las rimas no son todo en su playlist, el escenario Paso del Norte no defraudó a los amantes del alternativo con la presentación del grupo de electropop Arizona, quien cedió el escenario a Dashboard Confessional que desempolvó sus clásicos como “Vindicated” y “Hands Down” y “Screaming Infidelities” para que, entre los edificios de El Paso Downtown, los asistentes movieran la cabeza y dejaran salir uno que otro aullido.

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Los fuertes vientos del domingo, que por unas horas llenaron de tierra El Paso, no impidió que de nuevo los amantes de los riffs se reunieran en el escenario Paso del Norte para presenciar las actuaciones de Inner Wave, la banda angelina de rock psicodélico, para después dar paso a Bane’s World y su rock pop cargado de atmósferas de ensueño. Sin embargo, la estrella de la noche, y la encargada de cerrar el escenario alternativo este año, fue la agrupación californiana Chicano Batman que con su nostálgica mezcla de soul tropicalia y rock demostraron porque ellos son el nuevo rostro de la música alternativa chicana.

Así, tan pronto como El Paso recibió a más de 45 mil personas en torno a la música y la diversión, en un par de horas todo desapareció. Los escenarios desmontados, las calles limpias, la noche tranquila y la ausencia de calor marcaron la despedida. El próximo año el Neon Desert Music Festival cumplirá 10 años y con un poco de suerte el cartel será mejor, si eso es posible.

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