Conoce el mejor restaurante de comida israelí en la CDMX

Si preguntamos a una inmensa cantidad de personas sobre la comida israelí, probablemente tengamos de respuesta caras de “what”. Hasta hoy en México no ha existido una propuesta más o menos sensata de esta comida que es tan rica, tan variada y tan agradable. Hasta hoy….

Recientemente abrió sus puertas en medio de la colonia Condesa (Amsterdam 53, CDMX) Merkavá, y tengo que decirles que fue una gratísima sorpresa. Para esta evaluación, para poder contar una historia con sus dos contextos, me dejé acompañar por un verdadero fanático y conocedor de la cocina israelí. La conclusión: no pierdan la oportunidad de ir. No por nada fue uno de nuestros nominados a mejores aperturas 2016... y reserven con tiempo o lleguen temprano porque a pesar de su cortísima edad, está bien lleno.

¿Cuáles son sus aciertos? Muchos, en primer lugar tienes que arrancar la tarde con su increíble menú de Salatim: 14 pequeños platos de sabores increíbles y enorme variedad, desde el tradicional Hummus –que todos los días es uno diferente–, Babaganoush y tehina, hasta unas coles de bruselas tatemadas con amba y unos betabeles encurtidos con tamarindo, que te van a hacer quererte quedar toda la tarde solo degustando Salatim acompañado de pan pita recién hecho en su horno de leña. Yo no pude dejar de comer la ensalada de papa y huevo, y una irresistible coliflor asada con sal gorda aceite de olivo y za’atar.

Los platos principales son también una oferta riquísima, con una enorme travesía por todos los sabores donde más se refleja el espíritu aventurero de la cocina de Daniel Ovadía, mezclando la tradición israelí con combinaciones muy provocativas como el kebab de wagyu y foie gras. A este variado y muy bien logrado menú lo acompaña una carta de vinos de medio oriente, que yo no había tenido la oportunidad de probar en México. Hay un sommelier en casa –muy necesario porque de vinos turcos, israelís, y rumanos no se nada– y los vinos, para los enófilos resultarán además de gratos, nuevos.

Los postres son otro gran acierto, estupendos sabores y apego a la tradición israelí; tienen un helado de café turco para morirse y el tradicional pan Challah con chocolate –llamado Babká– servido con un increíble helado de avellanas. Un detalle del postre es pedir el café turco, del que siempre he sido fan, que es preparado de cabo a rabo en la mesa con su cardamomo y azúcar mascabado en una jarrita. El servicio de Merkavá es de esos que cada vez cuesta más trabajo encontrar: cálido, conocedor, gustoso.

Mi invitado experto en comida israelí no dejo de comer, no dejó de celebrar y se pasó toda la comida repitiendo los nombres de los platos en yiddish y en hebreo, prometiendo regresar con todos sus amigos cuanto antes. La verdad es que casi llora del gusto hablando de “los sabores de su niñez” de “los platos de sus abuelos”, en fin, claramente Merkavá va a satisfacer el paladar de un buen foodie, pero también de ese mercado melancólico que quiere revivir toda la comida de medio oriente. La gran área de oportunidad es el tamaño del lugar. Las tres horas que estuve no hubo un lugar libre, por lo que yo les recomiendo llegar temprano o reservar.

Ya con un pie en la calle me invitaron a regresar a desayunar, y no pude evitar ver el menú de desayunos que indudablemente me dejó con el compromiso de regresar. Confieso que me llevé una cajita con un Babká de chocolate para después.

Daniel Ovadía es un chef reconocido por muchísima creatividad y toma de riesgos. En esta ocasión ha logrado lo que yo considero el balance perfecto entre tradición e innovación, logrando una cocina cálida, diversa, de grandes sabores y extremadamente amigable al paladar, de esa que te deja con ganas de repetir muchas veces al mes.

Nos vemos a la próxima, ¡o comamos!

El Food Spy