Hechizo nocturno en el Caribe
Escápate al Caribe de arenas blancas, suaves al pisar y bañadas por el mar color turquesa a un lugar pensado para que olvides las tensiones y dejes que tus sentidos se expandan en experiencias únicas. Grand Velas no es uno más de los complejos turísticos ubicados en la Riviera Maya. Aquí, su misión de consentir al paladar más exigente se convirtió en su principal elemento distintivo, en su estandarte.
Ocho restaurantes temáticos, cada uno con una personalidad propia, fiel reflejo de las manos creadoras de sus respectivos chefs, quienes aportan los principios de su propia cultura gastronómica para concebir platillos que sorprenden al paladar a través de distintas combinaciones de ingredientes, sabores y aromas.
“La cocina no consiste solamente en llegar y mezclar, sino en tener una cultura gastronómica y esto conlleva a conocer los mercados, la tierra, la naturaleza obviamente, porque toda cocina viene de ahí”, dice Michel Mustière, chef ejecutivo del Grand Velas Riviera Maya, quien reserva un espacio especial en su corazón para Piaf, restaurante certificado con 4 Diamantes por la AAA, y que él mismo concibió desde sus cimientos hace nueve años.
“Yo soy de cocina de raíces, de mucha historia”, señaló Mustière, quien de su madre heredó el sazón criollo de la Isla de Reunión en el océano Índico, y de su padre los quesos, huertos y embutidos propios de Normandía en el norte de Francia.
Su propuesta gastronómica consiste en guardar y preservar la tradicional cocina francesa que remite a los fogones de hogar, pero incorporando técnicas modernas bajo una presentación sofisticada, cuya paleta de tonos se sincronice con los efectos que provoca cada hechizo en el paladar.
“Desde el principio decidimos hacer un restaurante francés auténtico, donde la gente que venga a comer crea que está en Francia, primero por su ambiente que tiene un estilo de cabaret parisino de los años 50 en colores negro, dorado y rojo que en la noche se vuelve mágico, muy romántico”.
Todos estos conceptos se materializan en sus creaciones como el Pescado en jugo de vegetales, donde echa mano de sus educadas técnicas gastronómicas para concentrar los sabores de la verdura con la suficiente fortaleza para acompañar al pescado como si se tratara de una salsa.
“Que el jugo tenga la suficiente fuerza en cuestión del sabor para que se peguen en el paladar y acompañen al pescado”, advierte Mustière, cuyas manos de alquimista integran los sabores disímbolos de la berenjena, calabaza, aceite de trufa blanca, zanahoria, champiñón y apio, entre otros vegetales, para coronar su róbalo chileno.
Esta amalgama de sabores y texturas causan en el comensal el placentero efecto de volver atrás en el tiempo a las recetas que con esmero y amor produjeron nuestros ancestros, todo bajo el enigmático poder del Caribe mexicano. Tienes que disfrutar y vivir este Escape Culinario.
